jueves, 28 de junio de 2007

Carta a mis fantasmas

Porque sé que mi tesoro es algún pensamiento nauseabundo.

Porque no me apetece ser una cara más en tu ruleta.

Porque no quiero entrar en tu bosque de suicidas.

Porque me gobierna un niño con traje de guardería.

Porque todas las palabras son hojas romas de doble filo,

Untadas de mierda.

Porque seguiremos abandonándonos bajo este sol distante.

Porque mi fe egoísta es un muro de gloria y orgullo.

Porque no aceptaré tus normas sociales.

Porque escupiré a las máscaras hasta romperlas.

Porque las serpientes se alzaran ante las aves, te desnudes o no,

Me beses o me maltrates.

Porque quiero que mi imagen en tus recuerdos salga ardiendo.

Porque mis ánimos son pájaros que no paran quietos.

Porque mi fuero interno es un lavabo inundándose.

Porque las moscas se reúnen dentro de mi cabeza.

Porque toda mi ilusión son un montón de cristales rotos,

En los que aún me puedo ver reflejado.

Por eso, nunca me abandonéis,

Vosotros que siempre veláis por mí.