domingo, 22 de abril de 2007

El patio de la Luna

Por fin se me han abierto las puertas al jardín,
Donde todo muere y vuelve a nacer.
Donde el verdor es siempre fresco,
Donde nunca deja de florecer,
Donde lo conocido y el misterio
Juegan a sorprender.

Las espinas y las zarzas, los lirios y las rosas,
Las arañas y las avispas, los pájaros y mariposas,
Todos estaban encantados por un aura misteriosa.
De entre un rosal una serpiente salió
Que me guió a un sillón de plata
Donde como sedado permanecí.

Idiotizado vi al sol querer huir
Atosigado por la oscuridad.
Débilmente apareció ante mí
La Mujer más Bella nunca vista jamás.
Hermosa, Inalcanzable, Fría, Acogedora...
Dama Pública de profunda intimidad.

Estiré mis brazos para tocarla,
Y como un sueño imposible
Se pasó del deseo a la desesperación,
luego a la agonía, eterna, horrible...
Que acabó en tristeza con el sol y su fulgor.
Y varios días continué así, ansiando conseguirla.

Sin nada que hacer, sin la vana pasión terrenal,
Mi existencia se simplificaba a esperar Tu Divinidad.
Pero al fin y al cabo yo sólo era un mortal,
Que creyó posible que algún día,
Como yo te he amado, Tú me llegaras a amar,
Saber si era objeto de tu distracción o de verdad me querías.

Y aún ansiando una respuesta, cuando Tus Labios vi separarse
Pedí que no dijeras nada, por Tu Respuesta temía y temblaba.
Voyeur de Tus Encantos, embrujado por Tu Rostro extasiante,
Permanecí años mirándote furtivo, bajo el sillón de plata.
Yo, mortal e ignorante, desgraciado, queriendo merecer tu amor,
¡Eterna y Brillante Tú, Mujer Fatal que a todo ser vivo con sus encantos atrapa!

Pero se me cansaron la manos de guardar silencio *,
Y a todo ser vivo, uno a uno fui quitándoles la vida.
Sin ser digno de tu admiración, sólo quise llamar tu atención.
Ser distante y divino, enfréntate a mi persona,
Pues viejo y desgraciado soy, ya no creo tener nada que perder,
Invencible, sentado en el paraíso destruido, en este sillón de plata que me entrona.

Deshonrado e ignorado permanecí mis últimos años
Esperando una contestación.
Deshonrado e ignorado, el último día recibí en mi corazón al desengaño
Y pinté mi alma de eterno odio y dolor.
Moribundo y demacrado, volvías a aparecer y volvías a seducirme,
Burlándote de mi angustia, de mi vergüenza, de mi pasión.

Morí odiando tu vigía y tus misterios,
Enredado en las hiedras, en este jardín sin vida.
Y me convertí en estrella invisible al ojo humano, que nunca brilla,
Por morir sin haber conocido amor alguno, víctima de mi sino.
Y por siempre permaneceré junto a ti y maldiré todas las noches,
Enfadado con la vida –con toda vida- por haber caído preso del vil juego del destino.

[Verso de Jesús de la Rosa en “Noche tras noche” (Triana), del álbum “Un jardín eléctrico”]

1 comentario:

Unknown dijo...

konnichiwa ^^
o-genki desu ka?
yop,toy muy felix...sos mi nuevo amigo
asi ke para lo ke sea...te ayudo ^^
oki? kisses
tu blog ta bueno,nu se porke no tiene muchas entradas mas ^^
suerte
kio tsukete
koi shiteru ^^